Primera Expedicion

Apuntes de:
José Bahamonde Campos
Explorador Y Topógrafo jubilado del Ministerio de Transportes y Comunicaciones
I parte.
Tomado del manuscrito original, tipeado el 2009 por la socióloga Tarcila Lozano Villacorta
El descubrimiento de las ruinas del llamado “Gran Pajatén” (equivocadamente), tiene su origen en el año 1965.

Un grupo de patacinos de la sierra de La Libertad, dedicados a la minería en menor escala, debido a sus recursos económicos precarios y a la falta de áreas de cultivo, decidieron explorar parte de la montaña entre La Libertad y San Martín con el fín de encontrar zonas aparentes para la agricultura. En sus sacrificadas exploraciones no sólo encontraron sus ansiadas tierras, sino que se dieron con la gran sorpresa de hallar en la intrincada vegetación obras arquitectónicas de los antiguos peruanos.
El Sr. TomásTorrealva alcalde de Pataz en aquel entonces integrante de este grupo expedicionario, viajó a la ciudad de LIMA para dar a conocer el extraordinario hallazgo que hasta esa fecha permanecía oculto por la exuberante vegetación. Después de múltiples gestiones, el Presidente de la República se interesó en prestar el apoyo necesario para que se organice una expedición cívico-militar compuesta de un grupo de técnicos calificados, que pudieran dar a conocer la importancia arqueológica y la ubicación de las ruinas.
En octubre de 1965 se hicieron las coordinaciones con algunas entidades del Estado para que deleguen a las personas que deberían conformar el grupo expedicionarios y se hagan los preparativos necesarios.
El 11 de noviembre un avión de la FAP despegó de la ciudad de Lima hacia Trujillo llevando a 6 técnicos civiles entre ingenieros, arqueólogos, topógrafos y oficiales del Ejército peruano, la nave arribó a las 9:00 am e inmediato hicimos transbordo a un ómnibus que de antemano se había contratado para viajar a Puente Chagual sobre el río Marañón (Provincia de Huamachuco) a 342 km de Trujillo y a 1,240 msnm.
Desde este punto del Marañón nos esperaban lugareños que se integrarían en la expedición con sus acémilas para el transporte del equipo y continuar a pie ascendiendo transversalmente la cadena central. En nuestra esforzada caminata hacia la localidad de Pataz, pasamos algunas estancias de pequeños agricultores, y a nuestro paso se observaban gigantescos cactus que adornaban el impresionante panorama y a medida que ascendíamos se dibujaba en gran extensión el serpenteante Marañón.
La llegada a Patáz fue de gran recibimiento y algarabía; luego de haber ascendido 8 horas continuas encontrándonos a 2620 msnm.
El día 14 y 15 continuamos nuestra marcha hasta alcanzar el Abra Poblano a una altura de 4000 msnm, punto más alto de nuestro recorrido. El frío era intenso y empezó a granizar durante la tarde, en gran parte de este recorrido aprovechamos los caminos incaicos, demostrando ciertos indicios más adelante que este pudo ser uno de los caminos de penetración hacia el Huallaga, también pudimos observar en la cima de esta cordillera, sectores de un camino longitudinal de sur a norte. A partir del Abra Poblano las aguas de la cordillera discurren hacia el oriente formando arroyos pequeños que a medida que se juntan van formando un pequeño riachuelos en un angosto valle con áreas pantanosas y parte del camino embaldosado con lajas. Al cruzar esta zona una de las mulas de carga salió del camino y se empantanó de tal manera que no pudimos sacarla del lugar quedando aprisionada y abandonada a su suerte.
Continuábamos descendiendo con dirección al oriente hasta llegar a una laguna de gran tamaño llamada la Empedrada, es aquí en este punto donde se inicia el río que equivocadamente se creía era el río Pajatén y que a 40 km aproximadamente de su recorrido pasa por la parte baja de las famosas ruinas del “Gran Pajatén”.
A medida que proseguíamos tomaba datos topográficos de la ruta, por que era parte de mi misión el reconocimiento terrestre. De pronto intempestivamente apareció ante nuestros ojos el verdor de la montaña, era tan impresionante el panorama que se le denominó “La Puerta del Monte”. Hasta ese punto habíamos caminado 70 km aproximadamente.
El día 17 muy de madrugada se hicieron los preparativos para internarnos en la intrincada vegetación, desde aquí algunos arrieros que integraban la expedición deberían retornar con las acémilas de carga ya que en la espesura no podrían continuar, y el resto de nos otros continuaríamos a golpe de machete abriendo trocha, siguiendo la angosta vertiente del río que nos rebaría hasta las ansiadas ruinas. Luego de haber caminado 3 km sobre el acolchonado suelo, notamos indicios de muros pétreos, y por momentos vestigios de un camino de herradura en la suave ladera. A la vez que íbamos penetrando, cruzábamos pequeños arroyos que contribuían con sus aguas al riachuelo que seguíamos hasta llegar a una pequeña playa donde decidimos pernoctar. Cabe destacar que los cargadores eran en su mayoría mineros patacinos. Al lavar sus menajes en un remanso del pequeño río encontraron oro pero en pequeña proporción.
Al siguiente día se decidió que la mayor parte de la expedición debería descansar por lo menos ese día, dado el agotamiento que teníamos, pero el arquitecto Pimentel ansioso de llegar a las ruinas lo antes posible nos sugirió a Torrealva y a mí para continuar, adelantándonos al grupo que participarían al otro día. Preparamos lo más indispensable y proseguimos; habíamos caminado 1 hora y media y nuevamente encontramos indicios de ruinas. A las 2 pm nos hallábamos a 250 msnm siempre cercano al río, estimando haber caminado desde Puente Chagual unos 82 km. Torrealva que era el guía nos comunicó que desde ese punto teníamos que ascender por una larga colina en forma de media luna hasta llegar a 2850 msnm al pie de un enorme farallón rocoso donde se encontrarían las famosas ruinas.
Esta última jornada me pareció la más difícil, el ascenso lo hacíamos por trechos por la empinada colina de unos 35 º. Era casi el atardecer que continuábamos abriendo trocha, cuando de pronto hicimos un descanso, y Torrealva apartándose unos metros de nosotros llamó al arquitecto Pimentel y haciendo de un lado las hojas y enredaderas a modo de abrir una cortina, apareció el primer edificio circular, en la que se pudo observar una cabeza clava cubierta de musgo y rocío, nos quedamos tan estupefactos,que a pesar de saber que eran de piedra sentí una gran emoción y nerviosismo.
El arquitecto se puso de rodillas, cruzando sus manos mirando hacia arriba dio gracias a Dios, mientras corrían por su bronceado y sudoroso rostro algunas lágrimas. Paróse de inmediato y nos abrazamos mutuamente. Había transcurrido 9 días desde que salimos de Lima.
Al día siguiente, cuando llegó el grupo restante de la expedición hicimos un pequeño rozo cercano a los edificios pétreos para construir de modo precario nuestro campamento y hacer planes de trabajo. El entonces Mayor EP Juan Estrada impartió órdenes a sus subalternos, uniéndonos civiles y militares bajo una misma causa.
Las hachas y machetes irrumpieron la tranquilidad del lugar que había estado sumido en un espectral silencio Dios sabe por cuanto tiempo, tratando de liberar las ruinas del manto verde que las ocultaran celosamente desde que nuestros antepasados las abandonaron. Los estudiosos se preguntan: ¿fue acaso observatorios de los que allí vivían?¿santuarios?¿monasterios de las vírgenes del sol? ¿almacenes o quizás tambos del inca para el reposo del monarca? Pero lo que no cabe duda es que fueron grandes arquitectos los que las construyeron.
UBICACIÓN.Las ruinas del Gran Pajatén se hallan al otro lado de la cadena central a 2830 msnm a 92 km (aproximadamente) al este del Puente Chagual en una zona montañosa, las mismas que pertenecen al Departamento de San Martín; teniendo como único acceso parte de la carretera Trujillo-Huamachuco-Marañón (Puente Chagual).
Sus edificaciones más imponentes halladas hasta el momento, están construidas en la cima de una larga colina que principia en la margen derecha de un río no identificado y que termina al pie de un impresionante farallón rocoso de unos 150 metros de altura . Que también se observan especies de ventanas, las que podrían ser tumbas.
DESCRIPCIÓN SUCINTA DE LOS ESPECIALISTAS.
Las edificaciones son circulares, especies de plaquetas con cornisas de ornamentación geométricas que varían entre 2 a 15 metros de diámetro, sus paredes con adornos zoomorfos y antropomorfos (“cóndores estilizados” y “cabezas clavas” semejando humanos sentados”) de piedras pizarrosas y arenisca rosada incrustadas en estos monumentos, con huancas en el centro de algunos edificios, suponiendo que puedan existir algunos pasajes subterráneos. Los edificios están conectados por caminos, terraplenes, escalinatas, acueductos y pisos embaldozados de lajas.
En un estudio de excavación estatigráfica hallaron fragmentos de alfarería utilitaria y ceremonial, un tumi de cobre y huesos. Algunos dicen : “ Es la expresión arquitectónica única en el Perú”. Los restos podrían pertenecer a desaparecidas culturas atlántidas” “. pueden ser indiscutiblemente pre-incas.
Volviendo a lo acontecido, recuerdo que un día decidimos explorar con el Mayor Estrada, hasta llegar al mismo río que se encuentra a 300 Metros de desnivel más debajo de las ruinas. Salimos muy temprano y en nuestro descenso por la empinada colina, notamos que existían muros de contención de piedra en un caminar de media hora; al continuar la ladera se hacía más suave, y en un trecho antes de llegar al río se identificaron zonas al parecer agrícolas presumiblemente de los antiguos pobladores.
La permanencia en las ruinas duró 13 días, en los que a parte de los estudios correspondientes se rozó la vegetación unas 2 horas y se preparó un helipuerto que serviría para una segunda Expedición. Retornando el día 9 de diciembre a Lima. El total de personas que la integramos fueron: 6 técnicos civiles, 8 militares y 24 cargadores de Pataz.

2 comentarios:

Unknown dijo...

El unico Presidente Peruano que ordeno la expedicion a las Ruinas Del Gran Pajaten. fue el Arquitecto FERNANDO BELAUNDE TERRY, desde esa fecha ningun presidente, se a preocupado, por la gran maravilla del mundo, que son las Ruina del gran Pajaten, solo se han dedicado a la corrupcion.y a empobrecer nuestro pais, que es tan rico, en todo sentido.que Dios lo tenga en su gloria al Arquitecto FERNANDO BELAUNDE TERRY. por su inolvidable labor cuando fue Presidente de la Republica del Peru.

Anónimo dijo...

En honor a mi padre José Bahamonde Campos